sábado, 19 de noviembre de 2016

MENSAJE DE JESÚS PARA TI


Mensaje de Jesús para ti


La actitud de confianza en Dios es frecuente en la Biblia: recorre casi todas sus páginas; las personas que desfilan por ellas son confrontadas con esta señal del varón justo, para quien Dios es único bien y poderoso refugio. La confianza es un aspecto de la misma fe, pero tiene un matiz cordial. Jesús te habla con suavidad y dulzura.

“¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida? Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor. Cuando te abandones en mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis designios. No desesperes; no me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Déjame ser Dios y actuar con libertad. Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente: “Jesús, yo confío en ti”. Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo. Yo te amo. Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración, sigue confiando. Cierra los ojos del alma y confía. Continúa diciéndome a toda hora: “Jesús, yo confío en ti”. Y verás grandes milagros. Te lo prometo por mi amor.” Jesús.

La confianza, que es abandonarse en el Señor, te dejará sereno y tranquilo en medio de las tempestades de la vida, porque te has fiado nada menos que de Dios que es poderoso, bondadoso y fiel. El salmista afirma: “Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor, pues no quedará defraudado”.  Anímate a intentarlo.


* Enviado por el P. Natalio 

8 COSAS QUE TAL VEZ NO SABÍAS DE LA FIESTA DE CRISTO REY


8 cosas que tal vez no sabías de la Fiesta de Cristo Rey


 (ACI).- En el calendario litúrgico, mañana es la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, comúnmente conocida como la Fiesta de Cristo Rey.

Es el último domingo del año litúrgico (Adviento empieza en una semana) y esta fiesta nos recuerda que sin importar lo que los poderes de la tierra nos pidan hacer, Cristo es el verdadero rey que debe reinar en nuestros corazones.

Conoce 8 detalles de esta impresionante fiesta gracias a Churchpop.com:

1. Fue instituida hace solo 90 años, en 1925.

Luego de la Primera Guerra Mundial, en medio del crecimiento del comunismo en Rusia, y con ocasión del 1600 aniversario del Concilio de Nicea (año 325), el Papa Pío XI instituyó la fiesta en 1925 a través de la encíclica Quas Primas. Su primera celebración tuvo lugar en 1926.

2. Se celebró por primera vez el día de Halloween en 1926.


Fue originalmente establecida para el último domingo de octubre, justo antes de la Fiesta de Todos los Santos. En el año 1926, cuando se celebró por primera vez, ese domingo coincidió con el 31 de octubre.

3. Fue el Beato Pablo VI quien en 1969, revisó la fiesta y le dio su nombre y fecha actual.

El Papa Pablo VI dio a la fiesta su actual título completo (la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo) y la trasladó al último domingo del año litúrgico.

4. La fiesta fue una respuesta al crecimiento de la secularización, el ateísmo y el comunismo.

Mientras el mundo pedía elocuentemente a los cristianos que deben restringir su religión y dar una mayor lealtad a los gobiernos, el Papa Pío XI escribió respecto a la fiesta:

"Porque si a Cristo nuestro Señor le ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; si los hombres, por haber sido redimidos con su sangre, están sujetos por un nuevo título a su autoridad; si, en fin, esta potestad abraza a toda la naturaleza humana, claramente se ve que no hay en nosotros ninguna facultad que se sustraiga a tan alta soberanía. Es, pues, necesario que Cristo reine en la inteligencia del hombre, la cual, con perfecto acatamiento, ha de asentir firme y constantemente a las verdades reveladas y a la doctrina de Cristo; es necesario que reine en la voluntad, la cual ha de obedecer a las leyes y preceptos divinos; es necesario que reine en el corazón, el cual, posponiendo los efectos naturales, ha de amar a Dios sobre todas las cosas". (Quas Primas, 34)

5. Pese a sus orígenes católicos, la fiesta es celebrada por muchos protestantes.

A pesar de que fue creada hace menos de cien años en la Iglesia Católica, algunos anglicanos, luteranos, metodistas y presbiterianos celebran la fiesta.

6. En la Iglesia protestante de Suecia, este domingo es llamado "Domingo de la condena".

Aunque oficialmente los protestantes de Suecia celebran esta fiesta como "El regreso de Cristo", su nombre coloquial "Domingo de la Condena" procede del hecho de que le dan un enfoque particular en el Juicio Final y la segunda venida de Cristo.


7. Algunos anglicanos se refieren a este domingo como "Domingo de la agitación".

Obtiene este nombre por dos razones:

En primer lugar, la oración colecta anglicana para el día comienza con las palabras, “agitad, despertad, te suplicamos oh Señor, las voluntades de tus fieles…”

En segundo lugar, algunas de las antiguas recetas del pudín o pan dulce requieren que el pudín se agite y se asiente durante varias semanas antes de ser cocinados. Este domingo se convirtió en un día que la gente tradicionalmente comenzaba a preparar el pudín cristiano, que incluye “agitar”.

Estas dos cosas se juntaron en las mentes de los anglicanos y según la Wikipedia: “Supuestamente, los cocineros, esposas y sus sirvientes iban a la iglesia, y escuchaban las palabras ‘agitad, te suplicamos, oh Señor…’, y les recordaba, por asociación de ideas, que ya era hora de empezar a agitar los pudines de Navidad”.

8. La estatua de "Cristo Rey" de Polonia es la más grande estatua de Jesucristo Rey del Universo en el mundo.

Con 33 metros de altura (un metro por cada año de la vida terrenal de Jesús) y 3 metros de base, la estatua del Cristo Rey de Swlebodzin en el noroeste de Polonia es tres metros más alta que el Cristo Redentor de Río de Janeiro, Brasil.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 19 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 19


Conocida es la oración atribuida a Francisco de Asís; puede servirnos para nuestra reflexión de hoy.

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz… ¡Qué trágico sería convertirse en instrumento destructor de la paz!

Donde haya odio, ponga yo amor… Horrible, si donde hay amor, siembro el odio.

Donde haya ofensa, ponga yo perdón… Que después del perdón, no ponga yo nueva ofensa.

Donde haya discordia, ponga yo la unión…  Nunca permitas que sea yo el elemento de discordia entre los hermanos.

Donde haya error, ponga yo tu verdad; donde haya duda, ponga yo mi fe… Y no siembre el escepticismo y la confusión.

Finalmente, donde haya tristeza, siembre la semilla de la alegría y del optimismo, de la confianza en la bondad de Dios.
“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida. Y esto no es todo: nosotros nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien desde ahora hemos recibido la reconciliación”
 (Rom 5,10-11).


* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 19 DE NOVIEMBRE 2016


El Dios de los vivos
Lucas 20, 27-40. Sábado XXXIII, Tiempo ordinario. Ciclo C. Dios de vivos



Por: H. Javier Castellanos LC | Fuente: www.missionkits.org 




En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
«¡Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre!
¡Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus favores!


Él perdona todas tus faltas y sana todas tus dolencias;
Él rescata tu vida del sepulcro y te corona de piedad y de misericordia;
Él sacia de bienes tus deseos, renueva tu juventud como la del águila.» (Del salmo 103)
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-40
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos. El mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?”.
Jesús les dijo: “En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven”. 
Entonces, unos escribas le dijeron: "Maestro, has hablado bien". Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Sólo falta un día para celebrar el domingo de Cristo Rey. Además está por concluir el año jubilar de la Misericordia. ¡Qué gran ocasión para orar ante este Rey de Misericordia!
Este Rey es también el rey de la vida. «Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos.» Él fue el primero en levantarse de la muerte, y con su resurrección nos da a todos una nueva vida. Esta realidad tiene un gran significado para cada uno de nosotros.
«Para Él todos viven.» En su Reino, cada persona cuenta, cada hombre y mujer es único. No hay nadie que pase como muerto ante Él. Su amor es tan universal como personal. Ama a todos, sí, pero a cada uno lo ama como si fuera único. No importa si es pequeño o si está en la miseria. ¡Él ama, y para Él contamos mucho! Por eso se ha esforzado tanto por darnos la vida eterna. Este Rey ha conquistado nuestros corazones muriendo en una cruz.
¡Qué grande es esta nueva vida que Él nos da! «En la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir (…) pues Él los habrá resucitado». Muchas veces se pone el acento en el «no se casarán», y mucha gente realiza esta promesa ya en este mundo por medio de una consagración especial. Pero hay que poner atención también a lo que sigue: «¡ni podrán ya morir!»
¿De verdad creemos que en Él ya no hay muerte? No es sólo en el cielo que esta promesa se cumplirá. Igual que la decisión por el celibato adelanta la promesa en este mundo, la opción radical por Cristo adelanta su promesa de dar la vida eterna. El que sufre a causa de su fe, el que renuncia al pecado, el que da testimonio de ser verdadero cristiano, en cierta manera está muriendo a este mundo. Y podría hacerlo sin gozo, pensando que es sólo un deber; pero ¿qué pasaría si lo hiciera con la fe en la vida que da Cristo? ¡Si supiéramos que cada vez que «morimos», en realidad estamos construyendo un nuevo reino de vida, de vida verdadera, porque es la vida que da Dios mismo!
Dios es un Dios de vivos, y Él quiere darnos una vida plena. Aceptemos con confianza y amor este regalo tan grande.
«Él no se equivoca, Él no busca hacer un buen papel delante de ellos: “Dios los hizo varón y hembra”, por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa; y la mujer dejará a su padre y a su madre y se unirá a su marido y los dos se harán una carne sola. Esto es fuerte. Una simbiosis, una carne sola, así siguen adelante: ya no son dos, sino una sola carne. Por lo tanto, que el hombre no separe lo que Dios ha unido.Tanto en el caso del levirato como en esto Jesús responde desde la verdad aplastante, desde la verdad contundente -¡esta es la verdad!-, desde la plenitud, siempre, Jesús nunca negocia la verdad. En cambio, este pequeño grupo de teólogos iluminados negociaba siempre la verdad, reduciéndola a la casuística. A diferencia de Jesús, que no negocia la verdad: esta es la verdad sobre el matrimonio, no existe otra.»
(Homilía de S.S. Francisco, 20 de mayo de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Haré un sacrificio, renunciando a algo que me agrada y pidiendo a Dios el don de su vida a cambio de esta pequeña «muerte»; lo ofreceré por los matrimonios que estén pasando por dificultades.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

CELEBRAR A CRISTO REY


Celebrar a Cristo Rey
¡Lo proclamamos nosotros a los cuatro vientos con humildad gozosa! Sobre todo, con la fidelidad diaria a nuestros deberes cristianos.


Por: Pedro García, Misionero Claretiano | Fuente: Catholic.net 




Último Domingo de Calendario Litúrgico, dedicado a celebrar la festividad de Jesucristo Rey.

Una solemnidad moderna que nos gusta mucho a los creyentes.

Instituida por la Iglesia precisamente en los tiempos de la democracia, para demostrar que la soberanía de Jesucristo no tiene condicionamientos humanos, ni es Jesucristo un Jefe elegido por votación popular, ni va a ser un día echado de su trono o suplantado por otro rival que le venga a privar de sus derechos.

Empezamos por escuchar al mismo Jesús, que reivindica su condición real ante una autoridad civil, la cual le puede hacer pagar caro su atrevimiento de proclamarse Rey.

Condenado ya como blasfemo por la Asamblea del pueblo judío, Jesús es llevado al tribunal de Roma, que no se va a meter en cuestiones religiosas sino en asuntos civiles.

Y empieza Pilato por la pregunta clave:
- ¿Tú eres el rey de los judíos?
Jesús sabe muy bien que esto no lo puede decir Pilato por cuenta suya, sino por otros que se los han ido a contar para prevenirlo en contra del acusado. Así que Jesús le pregunta a su vez:
- ¿Lo dices esto por ti mismo, o porque otros te lo han dicho de mí?
Pilato se molesta un poco, aunque le muestra a Jesús respeto y temor:
- ¿Acaso yo soy judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
Jesús le contesta, porque la pregunta es sincera, y, además, se la hace la autoridad:
- Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuese de este mundo, mis vasallos hubiesen luchado por mí, para no ser entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí abajo.
Hay mucha dignidad en estas palabras de Jesús, de modo que Pilato, pagano y que nada sabe de la religión judía, sospecha algo misterioso. Por eso vuelve a la primera pregunta, haciéndosela más concreta:
- Entonces, ¿tú eres rey?
Jesús sigue el diálogo con Pilato en un plano de mucha seriedad y sinceridad:
- Sí; yo soy rey. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Quien es de la verdad, escucha mi palabra.
Pilato no entiende. Pero se da cuenta de que tiene delante de sí a una persona muy especial. De ahí sus esfuerzos por salvarlo de las iras y del griterío que le viene de la calle, azuzada como está la gente por los jefes del pueblo. Su pecado, como le insinuará después el mismo Jesús, es estar haciendo caso a los enemigos personales de este reo en vez de atender los gritos de su conciencia. Jesús le deja como palabra última a Pilato esta confesión:
- Yo soy rey. Aunque mi reino no es de este mundo.
Y Pilato, que quede tranquilo... Jesús no causará ningún problema a los romanos, desde el momento que le asegura que su reino no es político sino espiritual, no de este mundo sino del otro...

Juan escribe su Evangelio para los cristianos, y más que narrar con taquigrafía el dialogo de Jesús con Pilato, quiere hacer ver que aquella calumnia lanzada contra Jesús --de que había sido condenado por revoltoso contra Roma--, carecía de todo fundamento.

La Iglesia de nuestros días ha reflexionado mucho sobre este hecho de la realeza de Jesucristo. Y ha mantenido y mantiene una fiesta que para muchos es inoportuna.

El mundo -que se aleja de Dios con un laicismo y una secularización tan peligrosos, ha de saber que por encima de los acontecimientos humanos y sobre los gustos de la sociedad hay un Rey que reivindica los derechos de Dios.

Ese mundo debe rendirse a Dios, y Jesucristo se proclama Rey para ser el primer testigo de la verdad.

A su Iglesia la constituye signo visible de esta autoridad que Él mantiene sobre el Reino de Dios en el mundo, y le encarga transformar las estructuras sociales de un modo conforme con el querer de Dios.
Jesucristo es Rey, y por eso hace de nosotros los cristianos un pueblo real, libre de toda esclavitud.

En particular nosotros los seglares --instruidos por el Concilio--, sabemos que participamos de la realeza de Jesucristo; somos reconocidos como encargados de promocionar a la persona humana; y se nos encarga meter el Evangelio en la sociedad como el fermento en la masa, llenando del espíritu de Jesucristo todas las realidades sociales, ya que estamos metidos dentro de todas las vicisitudes del pueblo.

Esta nuestra vocación dentro del Pueblo de Dios es un testimonio de la realeza de Cristo.

Porque, si Jesucristo no fuera Rey y no tuviera el dominio y la soberanía sobre todos los hombres y sobre todas las cosas, ¿con qué derecho y autoridad, o con qué título legítimo, nos presentaríamos nosotros ante los demás para hacerles cambiar de opinión, para mudar sus estructuras y modos de ser, para transformar el mundo conforme a nuestro parecer y nuestros gustos?... Aunque este parecer y estos gustos no son nuestros --afortunadamente--, sino del mismo Jesucristo y de su Iglesia.
¡Jesucristo es Rey!

Lo proclamamos nosotros a los cuatro vientos con humildad gozosa.
Lo proclamaron con valentía ante las balas muchos mártires modernos.

Y esta fe que profesan nuestros labios, la queremos proclamar, sobre todo, con la fidelidad diaria a nuestros deberes cristianos..

ESTAMPA CON ORACIÓN A CRISTO REY


IMÁGENES DE CRISTO REY

























LECTURAS BÍBLICAS Y MEDITACIÓN DE LA SOLEMNIDAD DE CRISTO REY, DOMINGO 20 DE NOVIEMBRE 2016


XXXIV del Tiempo Ordinario – Ciclo C
Jesucristo Rey del Universo
Domingo 20 de Noviembre de 2016

“Nuestro Rey desde la cruz nos regala el paraíso“



Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (5,1-3):

En aquellos días, todas las tribus de Israel se presentaron ante David en Hebron y le dijeron:
«Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salidas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: “Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel”».
Los ancianos de Israel vinieron a ver al rey en Hebrón. El rey hizo una alianza con ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos le ungieron como rey de Israel.

Palabra de Dios    

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Salmo
Salmo Responsorial: 121,1-2.4-5

R/. Vamos alegres a la casa del Señor.

V/. Qué alegría cuando me dijeron:
¡«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.

V/. Allá suben las tribus, las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.

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Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 
(1,12-20):

Hermanos:
Demos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Él es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles.
Tronos y Dominaciones, Principados y Potestades; todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Palabra de Dios

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Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (23,35-43)

En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo:
«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:
«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
Había también por encima de él un letrero:
«Este es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha hecho nada malo».
Y decía:
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
Jesús le dijo:
«En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

Palabra del Señor

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CARGAR CON LA CRUZ

El relato de la crucifixión, proclamado en la fiesta de Cristo Rey, nos recuerda a los seguidores de Jesús que su reino no es un reino de gloria y de poder, sino de servicio, amor y entrega total para rescatar al ser humano del mal, el pecado y la muerte.

Habituados a proclamar la «victoria de la Cruz», corremos el riesgo de olvidar que el Crucificado nada tiene que ver con un falso triunfalismo que vacía de contenido el gesto más sublime de servicio humilde de Dios hacia sus criaturas. La Cruz no es una especie de trofeo que mostramos a otros con orgullo, sino el símbolo del amor crucificado de Dios que nos invita a seguir su ejemplo.

Cantamos, adoramos y besamos la Cruz de Cristo porque en lo más hondo de nuestro ser sentimos la necesidad de dar gracias a Dios por su amor insondable, pero sin olvidar que lo primero que nos pide Jesús de manera insistente no es besar la Cruz sino cargar con ella. Y esto consiste sencillamente en seguir sus pasos de manera responsable y comprometida, sabiendo que ese camino nos llevará tarde o temprano a compartir su destino doloroso.

No nos está permitido acercarnos al misterio de la Cruz de manera pasiva, sin intención alguna de cargar con ella. Por eso, hemos de cuidar mucho ciertas celebraciones que pueden crear en torno a la Cruz una atmósfera atractiva pero peligrosa, si nos distraen del seguimiento fiel al Crucificado haciéndonos vivir la ilusión de un cristianismo sin Cruz. Es precisamente al besar la Cruz cuando hemos de escuchar la llamada de Jesús: «Si alguno viene detrás de mí… que cargue con su cruz y me siga».

Para los seguidores de Jesús, reivindicar la Cruz es acercarse servicialmente a los crucificados; introducir justicia donde se abusa de los indefensos; reclamar compasión donde solo hay indiferencia ante los que sufren. Esto nos traerá conflictos, rechazo y sufrimiento. Será nuestra manera humilde de cargar con la Cruz de Cristo.

El teólogo católico Johann Baptist Metz viene insistiendo en el peligro de que la imagen del Crucificado nos esté ocultando el rostro de quienes viven hoy crucificados. En el cristianismo de los países del bienestar está ocurriendo, según él, un fenómeno muy grave: «La Cruz ya no intranquiliza a nadie, no tiene ningún aguijón; ha perdido la tensión del seguimiento a Jesús, no llama a ninguna responsabilidad, sino que descarga de ella».

¿No hemos de revisar todos cuál es nuestra verdadera actitud ante el Crucificado?¿No hemos de acercarnos a él de manera más responsable y comprometida?

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Lc 23,35-43
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QUIENES FRACASAN EN EL MATRIMONIO NO SON EXTRAÑOS EN LA IGLESIA, DICE EL PAPA FRANCISCO


Quienes fracasan en el matrimonio no son extraños en la Iglesia, dice el Papa a obispos
Por Walter Sánchez Silva
 Foto: Daniel Ibáñez ( ACI Prensa)



VATICANO, 18 Nov. 16 /  (ACI).- El Papa Francisco explicó que los obispos tienen el deber de acoger y acompañar a quienes han fracasado en su matrimonio y nunca considerarlos “extraños al Cuerpo de Cristo que es la Iglesia”.

Así lo indicó el Santo Padre en su discurso a los obispos reunidos este viernes 18 de noviembre en la Rota Romana, donde reciben un curso sobre la reforma del proceso de nulidad matrimonial que entró en vigor en diciembre de 2015.

En sus palabras a los obispos, en una visita que originalmente estaba programada para este sábado 19 de noviembre, el Papa resaltó que el fin de toda acción pastoral es la “salus animarum”, es decir, la salvación de las almas.

En esta perspectiva, dijo Francisco, “la Iglesia camina desde siempre, como madre que acoge y ama, bajo el ejemplo de Jesús Buen Samaritano”.

“La Iglesia del Verbo Encarnado se ‘encarna’ en las vivencias tristes y los sufrimientos de la gente, se inclina ante los pobres y ante cuantos están lejanos de la comunidad eclesial o se consideran fuera de ella a causa de su fracaso matrimonial”.

Sin embargo, prosiguió el Santo Padre, estos fieles “permanecen incorporados a Cristo en virtud del bautismo. Por lo tanto a nosotros nos toca la gran responsabilidad de ejercitar el munus (don), recibido de Jesús divino Pastor, médico y juez de las almas, de no considerarlos nunca extraños al Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia”.

“Estamos llamados a no excluirlos de nuestra ansia pastoral, sino a dedicarnos a ellos y a su situación irregular y sufriente, con toda solicitud y caridad”, alentó.

Tras resaltar que la misión del obispo también se orienta en este sentido, el Papa Francisco explicó que es importante y necesario “eliminar con decisión todo impedimento de carácter mundano que hace difícil a un gran número de fieles el acceso a los tribunales eclesiásticos. Los asuntos de tipo económico y organizativo no pueden constituir un obstáculo para la verificación canónica sobre la validad de un matrimonio”.

“En la óptica de una sana relación entre justicia y caridad, la ley de la Iglesia no puede prescindir del principio fundamental de la salus animarum. Por lo tanto, los tribunales eclesiásticos están llamados a ser expresiones tangibles de un servicio diaconal del derecho en el resguardo de este fin primario”, subrayó.

Por ello, continuó el Pontífice, la salus animarum es la “palabra final del Código de Derecho Canónico”, para que esté “por encima como ley suprema y como valor que supera el derecho mismo, indicando así el horizonte de la misericordia”.

El Papa comentó asimismo que las preguntas que surgen de la pastoral matrimonial “requieren respuestas y procedimientos no siempre fáciles. Estoy seguro que estas jornadas de estudios los ayudarán a individualizar la aproximación más oportuna a las diversas problemáticas”.


De Cristo, el Buen Pastor, dijo Francisco, “debemos aprender cada día la sabia búsqueda del unum necessarium (lo único necesario): la salus animarum” que es “el bien supremo y se identifica con Dios mismo, como enseña San Gregorio Nacianceno”.

“Confíen en la asistencia indefectible del Espíritu Santo, que conduce invisible pero realmente a la Iglesia”. 

“Recémosle para que los ayude y también ayude al Sucesor de Pedro a responder, con disponibilidad y humildad, al grito de ayuda de tantos de nuestros hermanos y hermanas que necesitan conocer la verdad sobre su matrimonio y sobre el camino de sus vidas”, concluyó.

MARÍA ESTÁ CERCA DE CADA UNO DE NOSOTROS


María está cerca de cada uno de nosotros
Cuando estaba en la tierra, sólo podía estar cerca de algunas personas. Al estar en Dios, está cerca de todos


Por: SS Benedicto XVI | Fuente: Catholic.net 




Esta poesía de María –el «Magníficat»– es totalmente original; sin embargo, al mismo tiempo, es un "tejido" hecho completamente con "hilos" del Antiguo Testamento, hecho de palabra de Dios.

Se puede ver que María, por decirlo así, "se sentía como en su casa" en la palabra de Dios, vivía de la palabra de Dios, estaba penetrada de la palabra de Dios. En efecto, hablaba con palabras de Dios, pensaba con palabras de Dios; sus pensamientos eran los pensamientos de Dios; sus palabras eran las palabras de Dios. Estaba penetrada de la luz divina; por eso era tan espléndida, tan buena; por eso irradiaba amor y bondad.

María vivía de la palabra de Dios; estaba impregnada de la palabra de Dios. Al estar inmersa en la palabra de Dios, al tener tanta familiaridad con la palabra de Dios, recibía también la luz interior de la sabiduría. Quien piensa con Dios, piensa bien; y quien habla con Dios, habla bien, tiene criterios de juicio válidos para todas las cosas del mundo, se hace sabio, prudente y, al mismo tiempo, bueno; también se hace fuerte y valiente, con la fuerza de Dios, que resiste al mal y promueve el bien en el mundo.

Así, María habla con nosotros, nos habla a nosotros, nos invita a conocer la palabra de Dios, a amar la palabra de Dios, a vivir con la palabra de Dios, a pensar con la palabra de Dios. Y podemos hacerlo de muy diversas maneras: leyendo la sagrada Escritura, sobre todo participando en la liturgia, en la que a lo largo del año la santa Iglesia nos abre todo el libro de la sagrada Escritura. Lo abre a nuestra vida y lo hace presente en nuestra vida.

Pero pienso también en el «Compendio del Catecismo de la Iglesia católica», en el que la palabra de Dios se aplica a nuestra vida, interpreta la realidad de nuestra vida, nos ayuda a entrar en el gran "templo" de la palabra de Dios, a aprender a amarla y a impregnarnos, como María, de esta palabra. Así la vida resulta luminosa y tenemos el criterio para juzgar, recibimos bondad y fuerza al mismo tiempo.

María fue elevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, y con Dios es reina del cielo y de la tierra. ¿Acaso así está alejada de nosotros? Al contrario. Precisamente al estar con Dios y en Dios, está muy cerca de cada uno de nosotros.

Cuando estaba en la tierra, sólo podía estar cerca de algunas personas. Al estar en Dios, que está cerca de nosotros, más aún, que está "dentro" de todos nosotros, María participa de esta cercanía de Dios.

Al estar en Dios y con Dios, María está cerca de cada uno de nosotros, conoce nuestro corazón, puede escuchar nuestras oraciones, puede ayudarnos con su bondad materna. Nos ha sido dada como "madre" –así lo dijo el Señor–, a la que podemos dirigirnos en cada momento. Ella nos escucha siempre, siempre está cerca de nosotros; y, siendo Madre del Hijo, participa del poder del Hijo, de su bondad. Podemos poner siempre toda nuestra vida en manos de esta Madre, que siempre está cerca de cada uno de nosotros.

NUESTRA SEÑORA DE LA DIVINA PROVIDENCIA, PATRONA DE PUERTO RICO, 19 DE NOVIEMBRE


Hoy 19 de noviembre es la fiesta de Nuestra Señora de la Divina Providencia, patrona de Puerto Rico
Por Diego López Marina




(ACI).- Nuestra Señora de la Divina Providencia es una advocación mariana que se originó en Italia en el siglo XIII y que luego fue declarada patrona de la isla de Puerto Rico el 19 de noviembre de 1969 por el Papa Pablo VI.

En ese documento se decretó también que la solemnidad de la Virgen debía trasladarse del 2 de enero, aniversario de su llegada a la isla, al 19 de noviembre, día en que fue descubierta la isla de Borinquen (en el segundo viaje de Colón a América).

Se quiso unir así los dos grandes afectos de los puertorriqueños; el amor por su preciosa isla y el amor por la Madre de Dios.


En la mitad del siglo XIX el recién nombrado Obispo de Puerto Rico, Mons. Gil Esteve y Tomás, trajo consigo a la isla esta devoción que conoció en sus años de seminarista.

El prelado colocó toda su diócesis en las manos de la Divina Providencia debido a que la catedral estaba prácticamente en ruinas y la economía por los suelos.

La confianza del obispo y su trabajo dieron fruto rápidamente y en menos de cinco años pudo reconstruir la catedral. En poco tiempo logró conseguir recursos, y con la ayuda de los fieles, mandó a traer de Barcelona (España) la imagen sagrada de la Virgen que había mandado a tallar.

Hoy la imagen de Nuestra Señora de la Divina Providencia se encuentra en una capilla en la Catedral Metropolitana de San Juan en la capital puertorriqueña. Esta muestra a la Virgen inclinada sobre el niño dormido en su regazo, con sus manos unidas en oración mientras sostiene la mano izquierda del niño.

Desde su proclamación como “Patrona principal de la Nación puertorriqueña”, la devoción a la Virgen de la Divina Providencia ha aumentado grandemente.

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Santísima Virgen de la Divina Providencia
Advocación Mariana, 19 de noviembre


Fuente: Corazones.org 




Patrona de Puerto Rico

La devoción a la Virgen de la Divina Providencia se origina en el siglo XIII en Italia, de donde llegó poco tiempo después a España, en donde se construyó un santuario en Tarragona, Cataluña.

Se dice que el nombre de Divina Providencia, le fue asignado a la Virgen por San Felipe Benicio, quinto superior de los Siervos de María, quien en una ocación en la que él y sus frailes no tenían nada que comer, invocó la protección de su Patrona, al poco tiempo se oyó toques en la puerta del convento, encontrando al abrila dos canastas llenas de alimentos.

La imagen original venerada por los Siervos de María y otras órdenes religiosas italianas, es un hermoso óleo en el que aparece la Virgen con el Divino Niño dormido plácidamente en sus brazos. Se cuenta que el título "de la Divina Providencia", se debe a San Felipe Benicio, quinto superior de los Siervos de María, quien al invocar la protección de la Virgen un día en que sus frailes no tenían nada que comer, encontró a la puerta del convento dos cestas repletas de alimentos sin que se pudiese conocer su procedencia.

La imagen mandada a hacer por Don Gil Esteve fue tallada en Barcelona según el gusto de la época. Es una hermosa imagen sentada, "de ropaje, (es decir, hecha para ser vestida), y estuvo expuesta al culto en la catedral durante 67 años, hasta que en 1920 fue sustituida por otra magnífica talla, toda de madera, que es la imagen de Nuestra Señora de la Divina Providencia más familiar y conocida por las comunidades puertorriqueñas.

María se inclina sobre el Niño, que en total actitud de confianza duerme plácidamente en su regazo. Las manos de la Virgen se unen en oración mientras sostiene suavemente la mano izquierda del Divino Infante. El conjunto sugiere ternura, abandono, devoción y paz.

El Papa Pablo VI declaró a Nuestra Señora Madre de la Divina Providencia, como patrona principal de la isla de Puerto Rico mediante un decreto firmado el 19 de noviembre de 1969. En ese documento se decretó también que la solemnidad de la Virgen debía trasladarse del dos de enero, aniversario de su llegada a la isla, al 19 de noviembre, día en que fue descubierta la isla de Borinquen. Se quiso unir así los dos grandes afectos de los puertorriqueños; el amor por su preciosa isla y el amor por la Madre de Dios.

La talla más antigua, que data del 1853, fue la elegida para ser coronada solemnemente durante la reunión del Consejo Episcopal Latino Americano celebrada en San Juan de Puerto Rico el 5 de noviembre de 1976. La víspera del acontecimiento esta imagen fue vilmente quemada en la Parroquia de Santa Teresita de Santurce. Pero eso no detuvo la solemne coronación, que ocurrió en medio de la emoción y las lágrimas de millares de sus hijos y la presencia de cardenales, arzobispos y obispos venidos de toda Latinoamérica.

La imagen quemada fue enviada a España para ser restaurada. Actualmente espera la construcción del proyectado gran santuario nacional para ser allí colocada
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